No entiendo esta preocupación absurda de la gente por el qué dirán.No importa cómo seas tú ni cómo sea tu vida, importa cómo creen los demás que eres. Y no lo comprendo.
De eso va la historia, ¿no?
Pues bien, estoy enfadada. Estoy muy, muy enfadada. De hecho más que enfadada, estoy cabreada. Estoy infinitamente cabreada. Estoy tan, tan cabreada que quisiera ponerme a chillar ,decir burradas y ciscarme no ya en todo lo que se menea sino en todo lo que pueda potencialmente menearse,porque sabes lo que opino yo? que mientras tú estés bien lo que digan los demás no te debe importar.Ellos resuelven tus problemas? No,pues ya está.
Lo mejor es enamorarse,porque enamorándote te olvidas del resto,los demás son insignificantes para ti y solo te riges por una ley que es esa persona.Las infinitas sensaciones que te hace notar una persona,esa persona,con una simple mirada son ínfimas.
Lo deseas,lo miras.
Su corazón late a cien por hora,pero el tuyo late a mil.
Tiemblan las rodillas cuando te encuentras cerca de él y te sudan las manos.
Sientes miedo,nervios y un cosquilleo en todo el cuerpo.
Entonces ocurre,un beso tímido,solo un roce,labio con labio.
Se siente el calor y la humedad cuando tu lengua se roza con la mía.
Te miro a los ojos y lees mi mirada.
Tus manos en mi cintura,llevándome hacia ti,contra tu pecho,sintiendo así,los latidos
fuertes de tu corazón.
Me gusta no saber si la saliva que se encuentra en mi boca es tuya,mía o de los dos.
Con los dedos entrelazados tan fuerte que casi me hago daño.
Siento tu respiración,en mi nuca,en mis orejas y me estremezco,tanto que esbozo una
sonrisa silenciosa de la que por supuesto te das cuenta.
Mi piel,al contacto con la tuya reacciona,está ardiendo,me quema.
Estas,unas de las pocas sensaciones que te hace sentir la persona a la que amas,con la que quieres compartir el resto de tu vida,la que te rige y la que lo es todo.
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